En gran cantidad de ocasiones, bien sea por la forma de alimentación en donde los nutrientes, con frecuencia por falta de calidad, o por no comer demasiado bien, dejando los crudos más de la cuenta, o por un desgaste incrementado debido al ritmo de vida, a alguna enfermedad o a la toma de algún tipo de medicación, se producen déficits en nuestro organismo de minerales, oligoelementos y vitaminas. Las consecuencias de esto, por ser un problema de lenta aparición, con frecuencia, apenas las notamos, pero hay un progresivo deterioro de nuestras funciones, tanto psíquicas como físicas. En estos momentos, el uso por vía parenteral (sueros) –cuando se precisa- de los nutrientes deficitarios, nos permite mejorar estas carencias en menor tiempo. En otras ocasiones, debido a lesiones de la mucosa intestinal, la absorción de los nutrientes en las dosis necesarias, no se puede realizar. También hay ocasiones en las que, por las necesidades terapéuticas, las dosis precisas son demasiado altas para que la mucosa intestinal pueda absorber el nutriente o vitamina de manera adecuada y por ello se descarta la vía oral.

Con mucha frecuencia hay tratamientos que, por la intensidad de los mismos, como pueda ser la quimioterapia (QT), producen efectos secundarios significativos en la mucosa del intestino o bien nos impiden tomar alimentos debido a las náuseas. En estas circunstancias, el uso de esta vía parenteral está plenamente justificado para poder mantener, no sólo los niveles adecuados de nutrientes, sino que, además, un estado de homeostasia óptimo, que permite tener recuperaciones adecuadas a las terapias más agresivas, evitando así interrupciones de los tratamientos y permitiendo mantener el plan terapéutico.

El uso de ciertos aminoácidos, vitaminas u oligoelementos asociados a terapias agresivas permite también algo muy importante en estos momentos:

1-Inhibir el efecto de la quimioterapia sobre las células sanas o minimizar el efecto dañino.

2-Mejorar la eficacia de los propios tratamientos al modificar ciertas condiciones del organismo.

Los tratamientos en este sentido son muchos y variados. Pueden ir desde la vitamina C en dosis más o menos altas, procaína asociada a bicarbonato previa a las QT o de otra índole, como selenio, para mejorar la eficacia de la QT. Cierto tipo de sueros pueden ayudarnos a controlar mejor el dolor tanto de origen de cáncer como de otras patologías.

No sólo en el campo de la oncología los sueros son interesantes; en otras muchas enfermedades y de diferentes ámbitos como: Colitis, demencia senil, estrés, burnout, depresiones, migrañas, dermatitis y psoriasis, por mencionar sólo algunos, son patologías en donde el uso de sustancias ortomoleculares por vía parenteral puede tener una buena indicación