Como se desprende del concepto que tenemos en este centro, la parte psíquica juega un papel importante en los procesos de presentación /evolución del cáncer, pero también ¡de todas las enfermedades en general! Tal y como en nuestra presentación comentamos, la cerilla prende el bosque ¡sólo cuando este está en disposición de arder! Por ello, damos valor a la cerilla, ¡pero también al bosque! No creemos que un tumor sea SÓLO la consecuencia de un acontecimiento psíquico concreto y mucho menos que una vez éste sea solucionado ¡el cáncer se solucionará!. Desgraciadamente el proceso de enfermedad y curación es mucho más complejo que esto y cuando el cáncer ha comenzado su proceso de independencia, es muy complicado saber qué mecanismos podemos usar para involucionarlo. Lo que sí conocemos es que, cuando nos encontramos con esperanza y confianza, a la vez que tenemos un proyecto de vida, en definitiva, una razón para estar vivos, las cosas son mucho más sencillas. Al contrario, la falta de objetivos, el miedo, la desesperanza sólo sirve para que nos quedemos atrapados en una sensación negativa que impide un funcionamiento adecuado de todo nuestro sistema psiconeuroinmunoendocrinológico y con ello, combatir de manera adecuada la enfermedad.

La situación del cáncer, sin embargo, no sólo tiene malas influencias sobre nosotros. El ser conscientes que somos finitos y que la vida es un regalo del que podemos disfrutar ¡o no! de él, nos puede permitir valorar muchas cosas y vivencias, con una perspectiva que antes era impensable. Esta nueva situación nos lleva a tener un mejor conocimiento de nosotros mismos y de nuestro entorno, a valorarlo y disfrutar de él.

Nuestro planteamiento de la misión de la psicoterapia en los pacientes oncológicos no pasa por intentar solucionar, en un momento tan delicado como es el diagnóstico y tratamientos de la enfermedad, los problemas que teóricamente pueden haber sido los culpables de la enfermedad. Lo que no se ha solucionado cuando no teníamos un diagnóstico de cáncer, no creemos si se puede resolver mientras te hacen una quimioterapia. Pensamos que ¡es demasiado! Mucho más interesante nos parece aprender a manejar la situación que se presenta, gestionar los miedos, las relaciones, el dolor, la aceptación … toda una serie de asuntos que nos permitirán llevar mejor la enfermedad y favorecer la recuperación. Ya tendremos tiempo, una vez que haya pasado la tormenta, de cambiar el rumbo de ciertas cosas de nuestra vida… ¡o no! Para nada se trata de aceptar la enfermedad como una sentencia. Lo importante, según nuestro criterio, es, lograr un equilibrio emocional que nos permita seguir vivos en todos los sentidos y no vivir para la enfermedad ni para hacer reproches a nada ni nadie.

Con técnicas propias y con la ayuda de otros terapeutas externos a nuestro centro, procuramos llevar a cabo este aspecto del tratamiento, siempre con una comunicación constante entre psicólogo y médico.